lunes, 16 de mayo de 2011

NOTA EN LA NACIÓN - TE VOY A MATAR, MAMÁ

Sábado 14 de mayo de 2011 |

En Te voy a matar, mamá Eduardo Rovner utiliza a la muerte como elemento dramatúrgico, aunque no de modo regidor. Una hija tiene una firme meta: asesinar a su madre, causante de todas sus desdichas. Espera que llegue y, mientras tanto, planea todas las formas posibles de asesinato, al tiempo que justifica su propósito desnudando todos los sentimientos posibles. Desde los más negativos y oscuros hasta lo sublime del amor. ¿Pero será verdad lo que siente esta mujer? ¿Cuán auténtico es aquel sentimiento tan profundo de odio a quien la engendró? ¿Será que ella misma es su propia desdicha?
Esta pobre mujer ensaya, prueba, se pregunta, se responde, pero sobre todo, reclama. Tal vez en una última bocanada, como última chance antes de tomar la turbia resolución.
En su texto, Rovner hurga en cuestiones psicológicas profundas vinculadas a la formación. ¿Hasta dónde la libertad absoluta se interpretará como tal? ¿Una caricia de más no es mejor que tener alas y no saber planear? Claro que, luego de todo esto, le dará un giro total y uno se encontrará con lo inesperado, con la sorpresa, con el golpe. Descoloca.
Mercedes Funes es potente e intensa en su interpretación de esta hija desesperada. Tal vez le falte algo del humor propuesto por la dramaturgia. Pero su capacidad dramática le alcanza para sobrellevar sola este unipersonal tan difícil como profundo.
Cabe destacar el interesante trabajo de iluminación de Miguel Morales.
Pablo Gorlero

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