jueves, 10 de marzo de 2011

TE VOY A MATAR, MAMÁ

Una hija está esperando a su madre para matarla. Habla, imaginariamente, con ella. Contradictoriamente, la acusa de todo lo que hizo y lo que no hizo, le reclama falta de cariño y sobreprotección, el darle demasiada libertad y no dejarla crecer, las razones de cada una de sus decisiones, no sólo con respecto a ella, sino también con relación a su padre, la culpa por sus frustraciones. En síntesis, desarrolla todo tipo de discursos y motivos que justifican su decisión de matarla, mientras ensaya diferentes formas de hacerlo, desde las más comunes hasta las más sofisticadas. Todas estas acciones culminan en un hecho inesperado.
A partir de esta situación la pieza intenta hurgar, con humor y emotivamente, en los sentimientos menos racionales y llenos de contradicciones de esa relación tan compleja: madre – hija: El amor, el odio, la culpa, la competencia, los celos, la envidia, la necesidad de afecto junto a la falta de libertad que genera ese mismo afecto.

Cuenta Eduardo Rovner sobre la Puesta en Escena
Siempre me interesó la complejidad de las relaciones humanas. Por otra parte, creo en el arte como posibilidad de un acercamiento a los misterios de las pasiones, tanto como una herramienta importantísima para dejar testimonio del tiempo que vivimos. Y el acercamiento al misterio de las pasiones nos permite entender un poco más, paso esencial para la posible solución de un conflicto.
Los monólogos y los unipersonales me brindan la posibilidad de adentrarme más profundamente en los sentimientos complejos e irracionales de los personajes frente a ciertos conflictos. Me permiten escuchar “el fluir de la conciencia y del inconsciente” de alguien que me interesa frente a una situación determinada.
En el teatro, el monólogo es, en realidad, una forma de diálogo en el que una persona desarrolla sus acciones, pensamientos, exterioriza sus sentimientos dirigiéndose, casi siempre, a otro u otros personajes que pueden estar o no. Digo que casi siempre se dirigen a otro porque en ciertos monólogos, los personajes alternan sus expresiones dirigidas a un destinatario con soliloquios que, aparentemente, no tienen un claro receptor. Y digo que esos receptores pueden estar o no, porque existe la posibilidad, como intenté en “El otro y su sombra”, de que haya 2 personajes en escena, de los cuales sólo uno habla desarrollando su acción y discurso por su interpretación “arbitraria” de los gestos del otro
Ese fluir de la conciencia y del inconsciente, también llamado “monólogo interior”, nos permite, como dije antes, a través de la exposición dramática y desordenada, la asociación aparentemente absurda, frente a una acción determinada que se proponen los personajes, conocer o intuir más sus sentimientos, recuerdos, reflexiones  que los lleva a ejecutar esa acción o impredecible o prefijada.
En "Te voy a matar, mamá", una hija está esperando a su madre para matarla. Habla, imaginariamente, con ella. Contradictoriamente, la acusa de todo lo que hizo y lo que no hizo, le reclama la falta de cariño y la sobreprotección, el darle demasiada libertad y no dejarla crecer, las razones de cada una de sus decisiones, no sólo con respecto a ella, sino también con relación a su padre, la culpa por sus frustraciones. En síntesis, desarrolla todo tipo de discursos y motivos que justifican su decisión de matarla, mientras ensaya diferentes formas de hacerlo, desde las más comunes hasta las más sofisticadas y disparatadas. Todas estas acciones culminan en un hecho inesperado. A partir de esta situación la pieza intenta hurgar, con humor y emotivamente, en los sentimientos menos racionales y llenos de contradicciones de esa relación tan compleja: madre – hija: El amor, el odio, la culpa, la competencia, los celos, la envidia, la necesidad de afecto junto a la falta de libertad que genera ese mismo afecto.


Ficha Técnica
Autor: Eduardo Rovner
Actuación: Mercedes Funes
Asistencia De Dirección: Javier Delgado
Vestuario: Ana Sellan
Musicalización: Pablo Rovner
Producción Ejecutiva: Rubén Sibilia
Prensa: Simkin & Franco
Co-Dirección: Fabi Maneiro
Dirección: Eduardo Rovner

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