"Sócrates, el encantador de almas” no es una obra histórica, ni didáctica como su nombre y el tema nos lo puede hacer supones y aunque por fuerza contenga alguno de estos elementos, es una mirada hacia nosotros, porque Sócrates les habla a el hombre del siglo XXI, sobre la política, la injusticia, la piedad, la ética y la bondad, que siguen siendo un problema vivo e irresoluto del hombre de todos los tiempos.
En lo estético “Sócrates, el encantador de almas” propone la fuerza de la palabra como catarata incontenible de trasmisión hacia el público en comunión con el arma mas primigenia del Teatro, el juego del actor.
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